Franco levanta su vista. Su corazón va a mil. A pesar de los años que ha pasado y que ya no lleva su característica melena, Franco reconoce inmediatamente a Ramiro. A pesar que ha intentado sacarlo de su vida se da cuenta que lo lleva muy a dentro.
El hombre es guapísimo y conserva ese aire de seductor que a Franco le enloquece. Franco siente muchas cosas bonitas aunque también feas. En el fondo lo culpa a él por la amargura de su vida. Se lo queda mirando con cierto rencor:
--si no fuera por todo lo que me despreció yo habría pasado estos años a su lado, con mucho amor y en cambio he vivido una vida llena de frustración vivida atada a un hombre amargado que me quiere hacer pagar a mi su invalidez, un hombre por el que jamás sentí nada.
Pero sí cuando mira a su hijo ve a Ramiro, lo que le ha servido para que el recuerdo de aquel joven que lo volvió loco no se borre de su alma, ahora que tiene a Ramiro delante piensa en su hijo Ángel.
--pero no todo ha sido malo..
Su rostro se llena de ternura pensando en su hijo. El hombre no entiende porque mira a Ramiro y piensa tanto en su hijo. Porque cuando mira a su hijo ve en sus ojos a Ramiro.
--hubiera sido tan bonito que fuera hijo de los dos.
Ramiro está pendiente del ordenador. Está intranquilo, siente las fuertes miradas de alguien. Mira un poco. No llega a cruzarse con la mirada de Franco porque a penas son unos segundos. Ramiro se muestra indiferente. Como un flash pasa por su mente su primer beso, el momento en el que estuvieron el uno frente al otro completamente desnudos...
--¡¡es él¡--piensa acelerado.
Por un lado está feliz por haberlo visto pero por otro se acrecenta el dolor que lleva guardado en su alma por años.
--¡¡que guapo es¡¡está aún más guapo que antes¡¡ --piensa Ramiro.
No lo quiere mirar porque no quiere que Franco se dé cuenta que está pensando en él pero la verdad es que tener a Franco delante de él lo pone nervioso. Lo sofoca. Lo hace arder. No puede hacer nada así que se levanta. Al verlo de pie y de espaldas, Franco recuerda aquel día que lo vio desnudo. Aquel día en que perdió su virginidad.
--no ha cambiado nada. Sigue estando igual de bueno --piensa Franco con deseo.
Ramiro está muy nervioso, se va hacia el baño. Tiene una fuerte calentura. Es un volcán que necesita entrar en erupción. Camina muy rígido para que no tener tentaciones de mirar hacia Franco. Quiere que piense lo que no lo recuerda. Franco está hundido, piensa en los momentos que ha vivido con Ramiro, momentos de encuentros y desencuentros. Tiembla pensando en que hicieron el amor. Su única vez. La primera y única que ha vibrado en brazos de un hombre. Le tortura el creer que no fue fiel a ese hombre pero se estremece pensando en el mejor momento de su vida. Un momento que revive a diario en su mente.
--él me desvirgó ¿cómo puede ser tan frio? pero claro ¿¿de qué me sorprendo? ¿qué se puede esperar de un hombre que sólo buscaba sexo? ¡¡es imposible que se acuerde de todos los hombres y todas las mujeres con las que ha estado¡¡
Franco siente rabia, una rabia que desea borrar el amor que siente por Ramiro. Piensa con ternura en la primera vez que vio a Ramiro, en lo pasional y tierno que fue en el primer beso. No deja de pensar en ese primer beso:
--porque si se veía tan dulce luego cambió todo ¿porqué?
Ese único momento de amor y sexo que compartieron juntos fue algo mágico y es un recuerdo imborrable. Lo recuerda con amor y dolor por todo lo que pasó después. Franco está haciendo un esfuerzo por no llorar. Pero no puede y aunque tiene miedo de encontrarse cara a cara con Ramiro va al lavabo. Lo teme pero desea ese encuentro. Aunque no lo reconozca. Ramiro está encerrado en el water llorando. Franco se siente decepcionado. Le hubiera gustado estar a solas con él aunque él mismo quiera negarse que eso es lo que le hubiera gustado. Se empieza a refrescar sin poder dejar de pensar en su amado, nervioso porque sólo una puerta lo separa de él. Franco y Ramiro el uno pensando en el otro. Franco pone la mano en la puerta:
--estás tan cerca... y tan lejos... --se dice con amargura.
Ramiro tiene rabia y tiene una fuerte erección. Ver a Franco lo ha excitado demasiado. Necesita explotar. Se desabrocha los jeans y esa dura lanza se libera sola. Ramiro se la empieza a acariciar lentamente pensando en Franco. La rabia se apodera de él y se la mueve con desesperación. Franco no imagina lo que pasa tras esa puerta y Ramiro no imagina que ese hombre en el que está pensando está tras esa puerta. La calentura de Ramiro es alta y es que no deja de pensar en el cuerpo desnudo de Franco. Franco apoya su cabeza en esa puerta sin imaginar que su amado piensa en él.
--te amo--dice sin dejar de pensar en sus besos, en el cuerpo desnudo de Ramiro.
Y justo en ese momento Ramiro se retuerce de placer al venirse. Franco se queda un rato apoyado en la puerta.
--¿y este hombre que hace que no sale ¿está cagando?
Obta por irse. Ramiro se limpia. Ese amor no deja de torturarlo.
--¡¡no tengo que pensar en él ¡¡¡pinche joto¡¡a saber qué habrá sido de su vida. Seguro que dejó tirado al pobre Aquiles.
No ha sabido nada de su amigo en todos estos años. Y aunque la tentación es grande...
--¡¡no¡¡Si Aquiles quiere que él me busque a mi pero yo no. Seguro que él no lo hará para no reconocer que ese joto lo llenó de cuernos y seguro que lo dejó por otro¡¡
Por un lado tiene miedo de confirmar que Franco es un golfo adicto al sexo y por otro lado que es feliz al lado de Aquiles. Sale del water tras guardarse su bella herramienta. Se mira al espejo. Su mirada está llena de dolor. Golpea la pica con rabia:
--¡¡lo tengo que olvidar¡¡
Se lava las manos sin poder dejar de pensar en Franco.
--porque Aquiles, se tuvo que fijar en él ¿porqué? Todo era tan bonito el primer día.
Esta muy atormentado.
--¡¡tengo que olvidarlo¡¡ --se dice él-- ¡¡toda su inocencia del primer día era falsa¡¡le gusta jugar con los hombres¡¡
Ramiro se sube la cremallera y sale del baño muy alterado y justo se encuentra cara a cara con Franco que volvía al lavabo para provocar un encuentro con su amado. Cara a cara tras tanto años. Ramiro se estremece por cómo lo mira. Se lo come con los ojos. Ambos están muy impactados. Franco lo mira muy enamorado. Ramiro ni lo mira. No se detiene. Pasa de largo como si no supiera quien es. Ramiro abandona el centro muy abatido. Franco vuelve a entrar en el lavabo, está tan triste.
--¡¡no me recuerda¡¡
Franco muy nervioso saca el móvil de su bolsillo para llamar a su amiga Lidia. Necesita desahogarse con ella.
--¡¡lo he visto, después de tantos años y no me ha reconocido¡¡ --llora Franco.
--Franco... deja de llorar... ¿que es lo que te pasa?
--¿¿Lidia, Lidia? ¡¡¡miércoles¡¡
Franco se altera porque no tiene cobertura. Se lava la cara para que nadie se dé cuenta que ha estado llorando y luego sale del centro. Ramiro va casi huyendo. Las imágenes del pasado y del presente vienen a su mente.
--¿¿porque no lo puedo olvidar porqué?
De repente le suena el móvil.
--¿quién será?
Reconoce la voz...una voz que hace mucho que no oía: es Mia.
Franco se siente más tranquilo después de haber hablado con su amiga. Va de regreso a su casa. Se va calmando.
--me lo tengo que sacar de la cabeza.
Además no quiere que Aquiles se vaya a dar cuenta que se ha reencontrado con su gran amor:
--sólo me faltaría eso --se dice con angustia.
De repente su corazón palpita con fuerza. Franco no sabe bien lo que ocurre. Se da cuenta que Ramiro está un poco más para allá, habla por el móvil. A Franco le tiembla todo. Va a cambiar de acera porque le pone demasiado nervioso pasar por su lado pero finalmente no lo hace:
--¡¡si él no me recuerda...¡¡yo tampoco¡¡
Franco mira hacia el frente, tiene escalofríos al pasar por el lado de Ramiro pero logra hacerlo sin que se le mueva un sólo músculo aunque está muy nervioso y se deshace de amor por él. A Ramiro le tiembla hasta la piel aunque lo disimula y sigue hablando con Mia como si nada: "adiós, majo" le dice muy cariñoso. La sensual y masculina voz de él se clava en el alma de Franco.
--¡¡lo amo tanto¡¡
La ternura con la que hablaba a su amigo lo llena de envidia:
--¡¡que pena que no me lo decía a mi¡¡
Franco pasa de largo y, aunque le gustaría, no se da la vuelta. Aunque Ramiro ha disimulado, ha quedado muy impactado por el encuentro con Franco. Da un golpe a la pared con rabia. Llora. Ha sentido su deseo pero le es más fácil vivir sin él odiándolo.
--me miró así porque le gustan todos los machos. No porque se acuerde de mi.
Siente rabia. Se habla así mismo.
--¡¡¡no seas tonto¡¡¿¿cómo ibas a pensar que te iba a reconocer? ¡¡para eso tenias que haber sido algo importante en su vida y un joto que se ha acostado con miles de hombres ¿¿porque se iba a acordar de mi?
Ramiro está muy dolido. Le duele creer que no es importante para Franco
Ramiro llega a su casa muy abatido. Lo primero que hace es darse una buena ducha fría pero no puede dejar de pensar en Franco. Desnudo bajo el agua llora como niño, aúlla como un lobo herido.
--¿porque no puedo dejar de pensar en ti?¿porque?
Franco llega a su casa con un sabor agridulce en los labios. Nada más llegar a su casa cambia el chip. No quiere que Aquiles sospeche que piensa en Ramiro. Ya la situación es demasiado tensa. Aquiles está inmóvil en su silla frente al televisor. Una enfermera está con él. Al ver llegar a su esposo, Aquiles, con mirada de odio, descarga toda su rabia contra su esposo.
--¡¡¿qué horas son estas de llegar?¡¡
--aún es temprano.
--¡¡¡si claro, como tú si puedes ir por la calle y no estás postrado en esta silla de ruedas... tú y tu hijo sois unos malagradecido¡¡sin mi no eres nada¡¡
--yo me he consagrado a ti y a ese niño.
--¡pero no es nada tuyo¡
--es mi vida y el motivo por el que sigo a tu lado.
--¿y te crees que me importa? --dice con desprecio.
Franco le da dónde más le duele:
--¡pues debería porqué sin mi estás solo¡¡a nadie le importas, tu familia, tus amigos¡¡nadie se ha preocupado de ti¡¡¡así que no sé que habría sido de ti sin mis cuidados¡¡
Aquiles no soporta la verdad y lo que más le duele es no poder moverse para emplear la violencia pero se desahoga con palabras:
--¡¡vete al diablo¡¡
--¡¡vete tú¡¡
Franco lo deja solo y Aquiles como loco llama a su enfermera que se había ido un momento.
Mientras Ramiro sale desnudo de la ducha. Se mira al espejo. Todo él está muy revolucionado:
--¡¡te amo, Franco, te amo¡¡
Unas lágrimas desfila por su mejilla:
--estaba tan guapo. Es un pedazo de monumento. Se ve que debe ser un hombre muy feliz. Está tan guapo. Quien sea lo ha hecho muy feliz. Dichoso el hombre que esté con él.
Aunque tiene tentaciones de averiguar si está con Aquiles no quiere que nadie sepa que se preocupa, además si aún sigue con Aquiles le va a doler mucho. Tiene celos del hombre que ha hecho feliz a su amado. No imagina que es el hijo que él cree muerto. Ese hijo que es la luz de los ojos de Franco.
En ese momento Ángel llega a casa. A Franco se le ilumina la cara cuando entra su hijo. Lo besa con mucho cariño. Aquiles odia a ese chico porque le recuerda a Ramiro.
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