miércoles, 7 de octubre de 2020

Capítulo 1





Franco Villareal, un guapo estudiante de 18 años, se acerca a un instituto de secundaria. Es por la tarde. Es la primera vez que repite y se ha cambiado de centro para hacer nocturno. Está ilusionado. Sus sueños son poder ir a la universidad y que llegue a su vida ese chico que le robe el corazón. Aunque se rían de él por ser virgen tiene claro que no va a vivir su primera vez con cualquiera. Quiere que sea su corazón y no sus hormonas las que decidan. Quiere que aparezca alguien especial pero lo deja todo al destino. Quiere que su primera vez sea muy bonita.

Por detrás viene muy deprisa un chico muy guapo. Pasa muy cerca de Franco y le golpea el hombro. Franco se queda paralizado, lo mira hechizado. Los dos se quedan mirando con intensidad. Un fuego se apodera de los dos. El guapísimo chico sonríe y lo acaba de matar a Franco. El chico se ha metido en el alma de Franco de una forma mágica e instantánea.

--¿estás bien? Perdona, es que yo iba deprisa ¿estás bien? –pregunta el otro muy simpático.

Su dulce voz es toda una caricia para los oídos de Franco que lo mira encantado. El otro mira Franco de una forma muy especial, el chico también lo ha cautivado.

--¿te sientes bien? Es que siempre voy en moto y estoy acostumbrado a correr, perdona.

La belleza y la simpatía de él han atrapado enseguida a Franco. Sus mejillas están sonrojadas, suspira. Le tiembla la voz. Finalmente habla aunque con la voz entrecortada:

--no… bien… si… yo… estoy bien.

El otro  sonríe y se aleja de Franco. Rápido aunque con el corazón palpitando de prisa. Se gira y sonríe al ver que Franco lo está viendo. Franco se ruboriza, salta de alegría.

--¡me miró, me miró¡

El guapo chico lleva unos jeans  muy ajustados. A Franco se le van los ojos detrás de esa perfecta anatomía. 

--¡me he enamorado¡

Llama a su mejor amiga. Le tiene que contar.

--el hombre de mis sueño, acabo de conocer al hombre de mis sueños. Era aún más guapo de lo que yo siempre imaginé. 

--¿y porque no te lo robaste? No haberlo dejado irse, hombres así no se encuentran fácilmente. 

--¡¡es que ha pasado tan rápido, parece un sueño… una aparición pero era real  vaya si era real¡

--¿iba hacia el instituto? 

--No sé, Lidia. Es que me emocioné tanto, él pasó tan de prisa pero se veía demasiado hombre para ser estudiante y demasiado guapo para ser profesor.

--Si es tan guapo seguro que es tonto y ha repetido un montón.

--¿tú crees? –pregunta Franco ilusionado.

--seguro, con un poco de suerte hasta va a tu clase.

--ojalá, ojalá –suspira Franco.

--Las cosas pasan porqué si, quien quita y ese chico es el amor de tu vida.  Por fin has encontrado a tu príncipe azul. Si es tan guapo,  vas a disfrutar bien cuando te desvirgue. 

 Franco suspira enamorado. No dice nada pero tiene que reconocer que con un tipo como él es como quiere vivir su primera vez.


Ramiro entra en el instituto al que se dirige Franco sin dejar de pensar en el chico  que vio recién. Creía que llegaba tarde pero se da cuenta que aún es temprano.

-eso me pasa por venir sin reloj, debí entretenerme a hablar con ese chico ¿Quién debe ser? ¿un alumno nuevo? Es muy guapo ¿y si lo espero y le digo algo? No… mejor no, voy a parecer un descarado y a lo mejor no le gusta… además¿y si no es gay? Bueno  al menos lo espero aunque sea para saber si viene aquí..




Está en esas hasta que alguien le da un empujón:

--¡Ramiro¡ --dice con voz de ultratumba.

y se ríe por el susto que se ha llevado.

--¡Aquiles, que susto¡ no te esperaba

--pues sí te dije que venía, además es gracias a ti que pude venir a este instituto sólo como oyente.

--para eso están los amigos.

--¿y a ti que te pasa? Tenías una cara…

--es que ha caído un ángel … venía hacia aquí.

--¿aquí? No lo creo.

--bueno pero ya no tardará  quiero averiguar si viene aquí o no

--Luego lo averiguas, tío. Ahora enséñame este sitio.

--¿no puedes esperar?

--tú siempre pensando en el sexo. Hombres, mujeres. No perdonas a nadie, ya te lo ligarás después.

Ramiro accede a regañadientes. Van entrando pero Ramiro no deja de mirar atrás. Justo en el momento en el que entra, Franco llega al centro.


Al cabo de un rato, ya todas las aulas están ocupadas. La de Ramiro está en la planta de arriba y acompaña a su amigo a otra.

--la tuya es esta, no lo han podido arreglar para que estemos en la misma clase--Ramiro.

--bueno no pasa nada.

--ya sabes donde estoy si necesitas algo.

--si tranquilo, nos vemos después

--bueno, Aquiles, ya me contarás que tal te ha ido.

Los amigos se despiden.


Ramiro no se da cuenta que Franco está sentado en el pupitre de primera fila de la misma aula en la que tiene que ir su amigo. Aquiles devora con los ojos a Franco nada más verlo. Se pone muy contento al ver que se sienta solo. Se acerca a él muy coqueto y pone sus cosas a su lado. Le sonríe:

--hola, soy Aquiles.

A Franco no le gusta el descaro del chico y sueña con que ese chico tan guapo que conoció entre por esa puerta y se sienta a su lado. Franco  mira al chico  con muy mala cara.

--perdona pero está ocupada.

--Lo siento,  como te vi solo.

--sí, ahora llega mi compañera.

Aquiles se va. Franco está inquieto. Con ganas de ver a ese chico pero cada vez más convencido que no lo volverá a ver.

Ramiro está sentado en su mesa pensando en ese desconocido.

--¿Por qué no puedo dejar de pensar en él? Es que es tan guapo,  nunca había visto nadie tan guapo. Nunca nadie me había gustado tanto,  lástima que no reaccioné y no le dije nada.  No sé quién es, tal vez no lo vuelva a ver… tengo que hacerlo, tengo que volver a verlo ¿pero cómo, dónde? Ojalá sí venga al instituto pero ya sería demasiada suerte que le hubiera tocado en mi clase pero tengo que volver a verlo  sea como sea



Sentado  en su sitio, Franco va mirando a cada chico que ve pasar esperando ver al hombre de sus sueños. Aquiles se le acerca  coqueto:

--¿me buscabas?

--¿tú otra vez? –dice Franco muy molesto.

A Aquiles no le cabe ninguna duda que no le ha caído bien al chico  pero no se da por vencido ya que a él le gusta mucho. Aquiles se sienta al lado del chico sin decirle nada. Franco lo mira con muy mala cara. Antes que pueda decir nada, es el chico el que dice:

--perdona que me tenga que sentar aquí pero es que como ves ya queda ningún pupitre libre así que tu supuesta amiga pues se tendrá que sentar en el suelo ya que es la última que ha llegado. Yo no me pienso mover de aquí. Vamos a sentarnos juntos todo el curso ¿no es genial?

--pues estamos listos –dice Franco con fastidio.

--Seguro que nos vamos a llevar bien--dice Aquiles.

--Seguro--dice Franco con mala cara.

--Me llamo Aquiles

--¡Ya dijiste¡ --Franco habla enfadado.

--¿y tú quién eres?

--¡yo¡ --molesto.

--si claro… pero tendrás nombre.

--¡yo no he venido aquí para hacer amigos¡

--pero hay tiempo para todo.

--¡va a empezar la clase¡

--¿siempre eres tan borde? –pregunta simpático.

Franco lo hace callar. Aquiles pega su cuerpo al de Franco.

--sepárate, ¿no?

Cada rechazo de Franco enciende más  la pasión de Aquiles. Franco pone muy mala cara ya que no le gusta la manera en la que lo mira su compañero de clase que le

toca con la pierna cada vez que puede. Sonríe cuando Franco le da un golpe con rabia.

--te voy a domar. Te voy a romper ese culito que tienes y después te voy a humillar como me estás humillando tú –dice Aquiles para sí. 



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