miércoles, 7 de octubre de 2020

Capítulo 3

 



Mientras Franco y Ramiro saborean su beso de fuego, Aquiles está fuera del aula muerto de la rabia.

--¡¡siempre me hace lo mismo,  siempre se queda con mi chico  ¡¡maldito¡¡ me lo juró porque se muera su madre¡¡¡ ¿¡cómo me ha hecho una cosa así¡

Aquiles piensa con rabia en lo brusco que el chico ha sido con él y que ahora se está besando con Ramiro.

--¡pinche, joto¡¡ es nuevo en el centro, conoce a Ramiro tanto como a mi. Conmigo no quiere ni hablar y con él… si en una hora ya lo ha besado, antes de que acaben las clases ya  le habrá abierto el culo para que se la meta. Pinche puta¡ ¡ese culo es mío¡

Golpea la pared con rabia:

--¡no lo voy a permitir, claro que no lo voy a permitir¡

Está decidido a obligar a Ramiro a cumplir su promesa sea como sea. Va a entrar en la clase para montarles un escándalo pero se lo piensa mejor: 

--Ramiro no sabe que era él. No podía saberlo. Le gustó porque le gustan todos y no le va a gustar este que es el  más lindo pero también la más putita. Tengo que jugar bien mis cartas. Ese culo es mío. Hasta que no me acueste con él no voy a dejarlos en paz. Con gritos no voy a lograr nada pero en cambio… haciéndome el tarado, el que no sabe, el pobrecito sin sexo… Está vez voy a ser yo quien le vea la cara al macho de Ramiro. Yo voy a ser el primero en acostarme con el chico que él quiere, luego si él me quiere recoger las sobras.

Aquiles sonríe travieso.


Ramiro y Franco separan sus labios. Se sonríen.

--¿te saltarías las clases para venir conmigo? Quiero que estemos a solas  ¿quieres estar conmigo?

El tono seductor de Ramiro no deja lugar a dudas al tipo de propuesta. Franco lo sabe y totalmente seducido,  dice:

--sí, sí. Vamos a estar juntos, quiero estar contigo.

Los dos saben que van a hacer el amor y su deseo es tan grande que ya gozan sólo con la propuesta. No quieren esperar. Ramiro lo mira con cara de degenerado y dice:

--pues deja tus cosas aquí, vamos a ir en mi moto. Te voy a llevar al cielo.

--no sé que es lo que me ha pasado contigo –dice Franco acariciándolo con deseo.

--pues ahora vamos a averiguarlo –dice  Ramiro sensualmente.

Están a punto de besarse de nuevo. Los dos sienten que están solos. Están totalmente seducidos el uno por el otro y no piensan en nada más.

Aquiles ha aprovechado el momento en el que todos salen a la vez para entrar entre empujones. Hace el que no ha visto a su Franco. Silva a Ramiro. Lo que quiere es que se acerque. Separarlo de Franco.

Ramiro y Franco apenas rozan sus labios. Ramiro se levanta. No sabe porqué pero no quiere compartir a Franco con su amigo. No quiere que se conozcan. Lo mira muy seductor y dice:

--espera ahora vuelvo, no te muevas.

Ramiro va hacia Aquiles. Franco lo mira enamorado. 

--no lo dejes ir, no lo dejes ir --le dice una voz interna,

Franco tiene miedo que si lo deja ir lo pierda. Ramiro y Aquiles se saludan. Al ver que Franco ya no está en el sitio de Ramiro y antes que se acerque a ellos, Aquiles dice a su amigo:

--recuerda que me has jurado porque se muera tu madre que no mirarás al  chico que me gusta, que lo despreciarás, que ni lo saludarás.

--si claro.

--¿lo mantienes? Júramelo otra vez, no me lo vayas a quitar. Mira que es muy muy guapo.

--te lo juro.

--Pues lo tienes detrás de ti. Míralo una vez y nada más. Luego lo olvidas.

Ramiro se da la vuelta y ve a Franco.

--no puede ser --dice con el rostro desencajado.

--sí. Es él y, si tú no te metes, en unos días me acuesto con él. Es un golfo. No deja de coquetearme. Me toca mucho las piernas en plena clase. Es una loca. En la cama debe ser una fiera. Con tanto toqueteo me tiene de un cachondo… 

Ramiro mira horrorizado a Franco. Piensa en su beso y se estremece todo pero no quiere hacer daño a su amigo. Ramiro se traga sus lágrimas. Aquiles se da cuenta que está sufriendo y no pierde la oportunidad de atormentarlo.

--es muy guapo pero tú has estado con chicos muy guapos. Yo no tengo tu suerte. Nunca se me ofreció alguien tan guapo así que este dejas que me lo coja  yo.

Ramiro se da cuenta que no es sólo algo sexual porque le duele mucho lo que va a hacer pero decide anteponer su amistad a sus deseos de hombre. Lo que más le preocupa es que se da cuenta que Franco se está acercando a él con deseos de besarlo, de marcar su terreno. No sabe qué hacer pues no quiere que su amigo se dé cuenta de que ha pasado algo entre ellos. Aquiles está feliz ya que su plan ha salido bien y Ramiro no sospecha que lo está manipulando. Sin saber cómo alejar a Franco de él, Ramiro de repente ve pasar a alguien por delante de la clase. En seguida va tras ella y la llama. Esta chica lo mira con cariño. Al sentir que Franco está cerca, Ramiro besa a esta chica que le responde. Franco se los queda mirando lloroso. No entiende nada. Para lastimar a Franco, Aquiles le dice:

--es su novia, están tan enamorados. A mi me gusta mucho eso que los novios demuestren su amor en público ¿a que hacen bonita pareja?

Franco no da crédito a lo que oye. Tiembla, está a punto de desmayarse.

--¿su novia? –pregunta triste.

Ramiro siente el dolor de Franco y le da rabia. Ramiro procura mantenerse sereno y dice a su amiga:

--¿te vienes a dar una vuelta en mi moto?

La chica acepta y se van juntos. Franco se siente desvanecer. No entiende nada. Se marea. Aquiles lo sostiene entre sus brazos:

--¿te sientes mal?

Franco se aparta de él pero no es tan hiriente como siempre ya que ahora se siente demasiado dolido. Aquiles aprovecha la ocasión:

--¿te sientes mal? ¿vamos a tomar algo? Te vendría bien algo caliente…

--no… no… estoy bien

--me alegro que ya no estés enfadado conmigo, ya no gritas.

Franco no le hace caso porque está muy triste. No deja de mirar hacia donde se ha ido su amado y pensar en su beso:

--¡tiene novia, tiene novia¡ --no deja de repetir a sí mismo.

Como quien no quiere la cosa, Aquiles dice:

--a mi me gustaría mucho ser como él, como Ramiro…

Franco tiembla de deseo al escuchar ese nombre.

--¿lo conoces? ¿conoces al chico que se ha ido antes?

--sí, es casi mi hermano. Es buen tipo pero le encanta el sexo. Chicos, chicas. No perdona ni uno. Son trofeos para él. Su pobre novia tiene la cabeza más adornada. Yo de ti no me acercaría a él a no ser que quieras que ser un juguete sexual en sus manos. Esto no se lo digas a nadie pero siempre se acuesta con todas las personas ya sean chicos o chicas que se sientan con él aunque sea una vez. Es de un descarado, el primer día ya los besa y como que cada día hay más locas pues todas  y todos le dicen que sí. Por suerte tú te ves listo y decente y nunca caerías en brazos de un tipo así. Yo porque lo veo como un hermano y yo no soy como él que sólo busca sexo sino podría coger todo lo que quisiera con él. Es una máquina de coger.

Franco no soporta los comentarios de ese chico y se va corriendo. Se encierra en el baño. Aquiles sonríe.

--con esto cualquier cosa que podía haber nacido entre ellos  pues ya se acabó y yo voy a estar ahí. Esperando,  no voy a dejar que se junten, que hablen. Los voy a atormentar y Franco no va a tener otra opción que salir conmigo. Lo  voy a lograr. Esta vez sí lo voy a lograr. Le voy a ganar a Ramiro. A las buenas no se logra nada  pues ya me cansé de ser el perdedor




Franco se encierra en el baño. Llora desesperado.

--¡me engañó, me engañó¡

Aquiles está en la puerta.

--¿y si se ha quedado con ganas de coger?

Con cara de degenerado entra en el lavabo. Al ver que entra alguien, Franco se encierra en el water. Esto enloquece a Aquiles que desea ardientemente a Franco.

--mejor me doy a respetar un poco, lo espero en el sitio. Ese culo ya es mío.

Aquiles está ya saboreando ese polvo que va a echar. Franco se refresca un poco. Trata de disimular un poco su dolor. Espera a que ya todos están en la clase y se va del instituto. En la clase Aquiles se muere de rabia al ver el sitio vacío del chico.

--tal vez es demasiado fuerte lo que ha sentido por él. Mejor así será más fácil que caiga, tal vez sí más lento pero más seguro. Y lo voy a disfrutar más.



Ramiro ha acompañado a la chica con la que ha ido hasta la casa de ella. Él se queda en la moto. Ella espera que se baje.

muy seductora ella le dice:

--no hay nadie en mi casa ¿Por qué no subes y recordamos viejos tiempos?

Él tiene tentaciones. Piensa que le irá bien un desahogo pero en seguida dice que no ya que después de haberse hecho ya a la idea que se acostaría con Franco no le apetece estar con nadie.

--no, mejor no.

--¿Cómo? Te estoy proponiendo que nos acostemos. Tú antes nunca decías que no quedamos que aunque no saliéramos juntos ya  pues nos divertiríamos igual si nos apetece, yo quiero.

--lo sé pero es que no tengo ganas…

--¿te sientes bien?

--si, sí

Ramiro se despide en seguida, el casco camufla su dolor. Conduce con rapidez. Piensa en Franco. En lo mucho que se gustaron. Le atormenta el momento en el que su amigo le señala al chico que le gusta y ve que es él

--No me di cuenta en lo de nombre, es Franco. Pero debo renunciar a él debo hacerlo, lo olvidaré y tampoco era nada tan importante. Recién nos conocemos, será fácil olvidarlo.

Ramiro no quiere aceptar que la herida que tiene en su corazón es demasiado profunda. Se le escapan las lágrimas. Nunca se sintió así por nadie y no sabe bien lo que le pasa.


Mientras, Franco se ha refugiado en casa de su amiga Lidia. Llora:

--¡¡Tiene novia, me besó. Me quería hacer el amor y tiene novia¡¡¡

--¡Cerdo¡

--¿te imaginas? Si ésta no se le hubiera presentado de sorpresa ahora yo habría vivido mi primera vez con él y tiene novia¡¡¡¡

--sólo quería divertirse es que no existe el hombre perfecto. Si es guapo seguro que es un pervertido que sólo quiere sexo. Desde luego por una vez que te olvidas de todo y te lanzas…

Franco llora angustiado:

--¡¡me enamoré, me he enamorado¡

--no puede ser, nadie se enamora tan pronto. sólo es deseo.

--es amor. Si no fuera amor no me dolería tanto—llora él.


Ramiro se tumba en su cama. Piensa en Franco y aunque trata de convencerse que no fue nada importante, llora como un animal herido.


Aquiles frecuenta los lavabos públicos dónde siempre encuentra chicos para descargar su rabia. Tiene una vida sexual muy activa pero no satisfactoria. Nunca se ha acostado con alguien que le guste. Y ahora tiene un objetivo marcado: Franco. Está decido a lo que sea para alejarlo de Ramiro y acostarse con él.

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