miércoles, 7 de octubre de 2020

Capítulo 2

 



Franco va hacia el lavabo y Aquiles detrás de él.

--ya el primer  día y falla un profesor.

Franco acelera el paso sin darse cuenta que su rechazo excita más al obsesivo Aquiles.

--¿qué vas a hacer? --Aquiles.

Y mientras que Aquiles cada vez lo desea más, Franco cara vez lo desprecia mas.

--¿merendamos juntos, Franco?

--¡claro que no¡

--ya he visto que eres nuevo como yo, has escuchado al tutor , que es bueno que juntos nos adaptemos. Yo sé que no tienes ningún amigo aquí, así no estaría solo.

--¡olvídame¡

Aquiles sonríe muy dulce:

--no puedo,  recuerda que nos tenemos que sentar juntos. Todos los asientos están ocupados.

--¡cuando falte alguien puedes ocuparlo tú!

--pues te tendrás que ir tú.

--¡yo quiero estar en primera fila, el sitio es mío¡

--¡el sitio es de dos¡ yo sé que te voy a caer bien, sólo tienes que dejar de gritarme¡

La sonrisa de él molesta mucho a Franco. Al ver que Aquiles entra con él en el lavabo se encierra en el wáter.

Aquiles lo mira divertido.

--amores reñidos…que rico será entrar en ese culo. Y cuanto más me humilles tú ahora más tu humillara yo luego, putita.

Aquiles se excita mucho escuchando orinar  al guapo Franco. Piensa en esperarlo pero tampoco quiere presionarlo.



En la planta de arriba  Ramiro está en el urinario descargando. No deja de suspirar pensando en Franco. Se lo imagina desnudo en sus brazos haciéndole el amor.

--Nunca nadie me había gustado tanto el primer día. No sé si es sólo por su cuerpo o es algo más  pero me gusta mucho. Siento que si no me lo cojo pronto me voy a volver loco.

Ramiro acaba y se sube la cremallera con una sonrisa enamorada. El guapísimo chico sale del lavabo suspirando por ese desconocido:

--¡tengo que verlo. Tengo que saber de él¡¡tengo que saber si viene aquí o no, si no me saco esta duda pronto… siento que voy a estallar¡

Siente un fuego en su pecho que lo está ahogand

--sólo él con sus besos puede apagarlo, sólo él.

--¿y esa cara de bobo? –pregunta Aquiles.

Ramiro trata de disimular.

--no, nada, nada.

--pues yo sí tengo algo que contarte.

Los dos amigos se van juntos. Los dos suspiran por un chico pero no pueden ni imaginar que es el mismo. Franco se ha quedado en el lavabo. Se acaricia el labio y sueña que Ramiro lo besa:

--un beso de él, sería como el primero. Lídia tiene razón, no debí dejarlo ir. Debí engancharme a él como una lapa ¿y si ahora no lo vuelvo a ver? ¿cómo voy a poder vivir sin verlo de nuevo? Después de haber visto criatura tan hermosa, mis ojos no van a querer volver a ver otra cosa. Tengo que verlo.

Mientras Franco da vueltas por el centro con la esperanza de encontrarlo. Éste y Aquiles han ido al  al bar de al lado. Aquiles lo ha convencido para que se salte esa clase para no dejarlo solo. Ramiro está absorto pensando en Franco. Aquiles si tiene muchas ganas de hablar. Quiere ser el primero en hablar de Franco, no sabe que su amigo ya lo ha hecho. Es como si tuviera el presentimiento que su amigo va a ser un rival para él.

--Me he enamorado¿sabes?

--¿y de quien? –pregunta Ramiro algo distraído.

--de un chico espectacular. Se llama Franco. Es más chico que nosotros  pero es  espectacular.

--El que yo vi esta mañana era un ángel.

--¿y has confirmado que estudia aquí?

Ramiro hace que no con la cabeza. Aquiles se apresura a hablar.

--no puede ser el mismo, no nos va a pasar lo mismo siempre pero aunque así lo fuera, aunque tú lo hayas visto primero… él es para mi. No me puedes hacer lo mismo de siempre y más después de lo de la última vez…yo estaba muy enamorado cuando tú lo estropeaste todo. Me rompió el corazón y tú sólo lo querías para coger. Yo sí iba en serio.

A Ramiro le duele que su amigo le haga reproches:

--ya te dije muchas veces que yo no sabía quien era tu chico. Tú nunca me lo presentaste. Él me buscó a mi  yo no sabía que te gustaba si lo hubiera sabido nunca me habría acostado con él.

A Aquiles le gusta hacerse la víctima ante su amigo:

--todos te prefieren a ti, tú puedes elegir al chico o a la chica  que quieras… no te vuelvas a meter con lo mío. Franco seguro que te gusta pero aunque él sintiera algo por ti, no me lo quites. Tu traición me dejó tan herido que sabes que no he podido volver a coger pero este chico es diferente. Le encanta ponerme cachondo. Yo sé que con él me lo puedo hacer pero si tú no te metes. Él me pidió que me sentará con él,  no veas como me coquetea. Va a lo descarado. Lo tengo recaliente. Con éste tengo rollo seguro y muy  pronto. Así que si él  te mira, no existe para ti. No voy a permitir que me traiciones de nuevo. Si él al conocerte te prefiere a ti, no te voy a perdonar que tú me lo quites. No me hagas más daño. Tú puedes tener a otro y yo… si me vuelven a romper el corazón  soy capaz de matarme

--no digas eso.

--es que es muy fácil hablar de tu lado que te has acostado con media ciudad pero yo no soy como tú. Yo necesito enamorarme para tener sexo. Franco me gusta en serio. Yo quiero hacerlo y él también. Es una tortura vivir sin sexo pero merece la pena porque sé que si no te metes voy a tener mi premio. No me quites la posibilidad de hacerle el amor a Franco.

--si tranquilo.

--júramelo porque se muera tu madre.

--¿es necesario?

--lo es, la otra vez me hiciste mucho daño y quiero estar seguro.

Sintiéndose culpable, Ramiro le dice:

--te lo juro.

--que conste que lo has jurado porque se muera tu madre. Ni lo mires, ni lo saludes. Tú lo ignoras, no existe para ti.

--si tranquilo.

--tal vez sea egoísta pero es que tú puedes elegir a otro u otra. Y yo no tengo tanto éxito y necesito enamorarme. Con el último yo lo quería mucho pero me quedé con las ganas de coger por tu culpa. Llevo siglos sin sexo. Me siento virgen otra vez y eso me está amargando. Me hiciste mucho daño, me lo debes.

--si al chico le gustas ya tú…. No hay problema.

--al otro también le gustaba hasta que te metiste tú.

--Yo no me metí pero si te quedas más tranquilo, ya te he dado mi palabra. Mejor me dices quien es y yo te juro que ni lo miro. Lo ignoro totalmente.

--sí, sí. Eso es lo que quiero.

Aquiles se queda más tranquilo. Ramiro no tiene aún idea de la magnitud de su renuncia


.


A la hora siguiente, les toca inglés… Franco respira aliviado ya que lo hacen en la aula E.

--al menos podré sentarme con otra persona, espero que este necio no me persiga.

Aquiles se queda triste porque es de francés y se sienta solo:

--bueno… igualmente pasaremos muchas horas juntos, será mío, claro que sí. Ese culo lleva mi nombre.


Franco entra en el aula en el que hará inglés. Nada más entrar su corazón da un fuerte brinco. A Ramiro, que estaba distraído  le pasa lo mismo. Sus almas se reconocen.

--no puede ser –dicen al unísono.

Ramiro y Franco se miran fijamente. Se sonríen. A los dos les parece un sueño que se vuelvan a ver, que ambos estén en el mismo instituto, en la misma aula. Ramiro sonríe muy seductor. Es una invitación clara a que Franco se acerque. Los dos se estremecen sólo de sentir la mirada del otro. Franco sonríe y esa sonrisa cala dentro de Ramiro. Él se da cuenta enseguida que Franco siente lo mismo que él. Está muy ansioso. Desea ir a por todas.

--no sé si será sexo sólo lo que quiero pero si él quiere… hoy mismo me lo cojo y así averiguo si hay algo más –piensa Ramiro para así.

Mira a Franco muy seductor mientras éste se le acerca con cierto miedo. Está feliz al ver que se sienta solo.

--¡es mi oportunidad¡¡¡ --dice Franco ansioso.

Se acerca a Ramiro. Sus cuerpos vibran al sentirse tan cerca.

--¿está ocupado?

--No, claro que no --dice Ramiro muy seductor.

Franco se muere de la emoción al tener a su príncipe a su lado. Sus piernas se tocan. Es algo que los dos provocan y que ambos disfrutan. Embriagado por el aliento de Ramiro, Franco le mira los labios con unas ganas locas de besarlo. No le importa ser descarado,  se muere por él y desea que pase algo ya. Le da dos besos muy cerca del labio mientras le dice:

--me llamo Franco.

--yo Ramiro.

La respiración de ambos es entrecortada. A los les gusta demasiado el otro y está ansioso por descubrir todos los secretos del cuerpo el uno del otro. Ramiro quiere ir a por todas y Franco haría cualquier cosa que él le pidiera. Durante la clase se mantienen en silencio pero se devoran con los ojos. Los dos se provocan. Con la mirada, con su cuerpo. Franco deja caer la goma de borrar como si fuera accidental entre las piernas del chico para meterle ahí la mano y acariciarle los muslos. Los dos arden de deseo. Vibran. Están locos por hacerse el amor. Seguido dejan el lápiz cerca del otro para rozarse las manos cuando lo agarran. No dejan de sonreírse. Al acabar la clase, Ramiro está decidido a invitar al joven a dar un paseo en su moto:

--si me dice que sí y me deja me lo cojo en cualquier descampado y luego… pues ya veremos si esto sigue o se acaba ahí. --piensa el guapísimo chico con deseo.

Muy coqueto y dispuesto a no cometer el mismo error dos veces Franco se le adelanta y dice:

--¿Te pareceré muy descarado si te invito a tomar algo?

Ramiro sonríe muy seductor:

--suerte que traje condones. Me harán falta, este es lo que quiere –piensa Ramiro contento.

Franco ardiendo le acaricia el labio muy sensualmente:

--me gusta tu sonrisa, me gustas todo tú.

Ramiro está encantado por la devoradora pasión que Franco siente por él, la misma pasión que siente él. La pareja no puede más para fundirse en un solo cuerpo. Franco ofrece sus labios y Ramiro se los muerde, se los come. Aquiles está en la puerta y los mira muerto de la rabia. Sale furioso.

--¡¡lo sabía, lo sabía¡¡

Mientras en el interior, Ramiro y Franco siguen disfrutando de un beso de fuego que quisieran fuera eterno.

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