miércoles, 7 de octubre de 2020

Capítulo 8

 

Después de hacer el amor con Ramiro, Marisa se queda algo triste ya que se espera que su primera vez fuera más dulce. Ramiro se siente más relajado y ahora se siente culpable por haberse dejado llevar. Cada vez su relación con Marisa se está complicando más cuando él no está interesado en ella. Marisa se siente extraña, necesita que él la acaricie, que le diga cuánto la quiere. Ramiro lo que menos quiere ahora es estar con ella, quiere estar solo. Se viste.

--por favor, vete ya. Mi madre no creo que deba tardar en venir y no nos puede encontrar así.

--pero no me puedes decir que me vaya, ha sido mi primera vez. –--llorosa.

--si bueno... ya me di cuenta.

--¿y no tienes nada que decirme?

--he tenido un día duro, te agradezco que me dieras el gusto, es lo que necesitaba. No sé que más quiere que te diga.

--pues que me quieres, que no me vas a dejar nunca.  Es un día muy importante para mi, a mis padres no les gustaría saber que ya no soy virgen. Espero que no haya sido por nada.

Ramiro está muy incómodo y lo que quiere es sacarse a la chica de encima:

--tampoco hay que decir estas cosas a todo el mundo. Tus padres no se enterarán si tu no les dices.

--sí pero es que ahora que he sido de un hombre, si tú me dejas nadie más querrá estar conmigo.

--eso es una ridiculez, tampoco hay que darle tanta importancia a las cosas.

Ella lo mira llorosa:

--¿para ti mi primera vez te parece una ridiculez?

Con los pantalones desabrochados y aún sin camisa, se sienta al lado de la chica en la cama. Aunque es lo que menos le apetece hacer tampoco quiere ser injusto con ella:

--a mi la virginidad no me importa  me da igual que yo haya sido el primero o el número mil.

Marisa llora:

--pero yo me he entregado a ti por amor y ahora tú me vas a dejar.

él sopla apunto de perder la paciencia:

--somos novios y seguimos siendo novios. Estas cosas son normales entre novios,  tampoco hay que darle vueltas a las cosas. No vas a pretender que nos casamos porque hemos hecho el amor. Si me tuviera que casar con todas las chicas con las que me he acostado...

--entonces ¿soy una más? –--dice ella triste.

--hemos pasado un momento bonito, lo hemos disfrutado pues no tenemos que pensar nada.Tú a lo mejor ahora dices que tenemos que estar siempre juntos pero tal vez en unos meses ya no quieras estar conmigo, no me conoces.

--pero es que...

él fuerza una sonrisa, la acaricia:

--¿no te ha gustado estar conmigo?

--si –--dice con vergüenza.

--bueno pues eso es lo que importa. Hacer el amor es algo natural, no hay que darle más importancia y ni pensar en el futuro. Somos novios, estamos juntos y podemos disfrutar como queramos ¿no te parece?

--¿y no me vas a dejar?

--¿eres mi novia no? Pues seguimos adelante.

Ella lo abraza feliz, él tiene mala cara. Se siente muy presionado. Siente que Marisa se está sintiendo con demasiados derechos hacia él y no es algo que le guste.

--venga vístete que te llevo a tu casa  mañana nos vemos en clase.

--hoy ha sido le día más feliz de mi vida. No lo voy a olvidar nunca.

él tiene una mirada de tristeza en los ojos y es que no puede dejar de pensar en Franco.

--¡¡lo has hecho¡¡¡¡lo has hecho con él¡¡ --piensa con dolor.

Aunque no deja de decirse que no le debe doler pues no lo puede evitar





Sin imaginar la trama que Aquiles ha urdido en su contra, Franco está tumbado en su cama. Sueña despierto. Se imagina que él y Ramiro están en la playa. Ramiro lo enloquece con su sonrisa, su melena al viento  y con su velludo pecho al descubierto. Además lleva esos jeans que tanto le gustan a Franco. Franco está triste. Se quiere ir pero él lo abraza y con mucha dulzura le dice:

--no te vayas, perdóname. Sé que te he hecho daño pero ha sido por tonto. No quería reconocer que me había enamorado, que te amo a ti, por primera vez quiero estar con un chico y no me importa hacer o no el amor con él.

--te amo, yo también te amo. Nunca he amado a otro. Nunca he estado con nadie, yo sí quiero hacer el amor contigo, yo quiero que seas el primero, quiero llevarte en mi piel hasta la muerte.

Ramiro  lo va acariciando con los labios y con las manos. Los dos caen sobre la arena. Hacen el amor con dulzura. Después quedan abrazados el uno en brazo del otro, frente al mar, bajo las estrellas. Ramiro lo acaricia, lo mira con mucho cariño:

--he sido el primero –--dice Ramiro ilusionado.

--sí, lo has sido... el primero y serás el único.

--¿y ha sido como tu esperabas? ¿no te ha decepcionado?

--para nada. Ha sido mejor,  eres tan dulce, tan apasionado... te amo  y quiero pasar a tu lado el resto de mis días.

--y yo también, mi amor.

Los dos se funden en un beso y Franco abre los ojos y tiene el rostro lleno de lágrimas al comprobar que la realidad no tiene nada que ver con la fantasía.


Ramiro llora en la ducha. Siente rabia. Bronca. Le parte el alma imaginarse a su amado y a su casi hermano desnudos en la cama después de coger. Está muy atormentado. Llaman al timbre. Abre con una pequeña toalla en la cintura. Es Ari que lo mira com deseo. Ramiro es un animal herido. No dice nada. Lleva a su amigo a su cuarto. Con él puede ser todo lo agresivo que quiere. Es el mejor desahogo







Al día siguiente, Ramiro se sorprende al ver que Aquiles lo pasa a buscar a su casa.

--¡Aquiles, tío¡

Aquiles se finge muy feliz, como si le hubiera pasado algo especial.

--¡aquí tienes a un hombre dichoso y con el marcador a cero¡ --dice Aquiles con orgullo.

--así que Franco se te regaló –--dice despechado aunque trata de ocultarlo.

--¿lo dudabas?

--no tengo porqué.

--fue la tarde más feliz de mi vida. Ha sido mejor que cuando perdí mi virginidad. Ha sido increíble, mejor de lo que esperaba. Aunque creía que me iba a cobrar.

--¿¿te cobró? ¡¡¿se prostituye?¡ --pregunta horrorizado.

--no. No al menos no cobra por sus servicios. Lo digo porque me trató como si fuera un cliente, muy profesional, cariñoso antes y durante pero después... no sé... yo creo que ahora es capaz hasta de hacer como si no pasara nada, como si no me conociera. Seguro.

--¿entonces ya se acabó.? –--pregunta con interés.

Aquiles tiene miedo que su mentira le pase factura:

--yo sigo muy enamorado de él. Yo sé que tú te quieres acostar con él también ¡cómo no si te gustan todos¡ pero espera un poco más. Hasta que yo  ya no lo quiera. Yo sé que si tú le dices que quieres sexo él te lo da pero a mi me daría mucha pena que después de estar conmigo pues estuviera contigo, con otro también me dolería pero eso no lo puedo evitar. Contigo sería como una traición. Aunque tú ahora estas con una chica.  Me vas a dejar a Franco a mi ¿verdad?

--sí claro tampoco soy una máquina de hacer sexo.

--eso no te lo crees ni tú pero que bueno que no me quieres volver a traicionar y es que no sería justo que te acostaras con el chico que yo amo sólo por un revolcón. Entonces sí que matarías mi ilusión. Yo te aseguro que cuando yo sienta que ya no quiero a ese chico, que no quiero tener una vida a su lado, cuando ya no me interese te lo digo para que te des el gustazo si quieres.

Muy dolido Ramiro dice:

--tranquilo yo a esa putita no la metería en mi vida ni que fuera el único hombre sobre la tierra.

--tampoco lo ofendas, yo quiero que sea mi novio.

--perdón pero es que no me gusta los tipos como ese. Es un pinche joto. Una locaza. Un vicioso.

--tú no eres mejor.

--¡yo no soy joto. Soy bi. No soy una locaza como esa¡

--a ti te va ese rollo guarro. Te pega un tipo así. Los dos sois unas bestias. Sólo que él es pasivo. Le encanta que le metan vergas.

--¿lo ves? Yo no soy como esa locaza. Yo soy puro macho --dice con desprecio.

-Franco podría ser uno más en tu colección pero yo espero poder cambiarlo. Yo quiero alguien especial. No sexo por sexo. Sexo puro y duro. No soy como tú y bueno al menos con Franco puedo soñar que algún día  me ame como yo lo amo, eso sí ningún guaperas de cuarta se mete en medio.

Ramiro se siente mal, no quiere seguir hablando.

--vamos a clase, llegaremos tarde.

Aquiles y Ramiro suben juntos y el primero no pierde ocasión de atormentarlo contándole los detalles más escabrosos de su supuesto encuentro sexual con Franco. Estas palabras causan un gran daño al guapo chico y lo van poniendo cada vez más en contra de Franco. Justo en la puerta de la clase se encuentran con Franco. Éste se da cuenta que Ramiro lo mira ya no con indiferencia sino con mucho rencor. Es algo que le sorprende y no puede imaginar el motivo.

--hola, príncipe. La pasamos bien ayer ¿eh? --pregunta Aquiles muy cariñoso.

Franco no desmiente nada, tampoco sabe que tenga algo que desmentir. Mira a su compañero de pupitre muy  molesto y entra en el aula. Con un dolor fingido Aquiles dice:

--¿lo ves? Yo ya sabía que pasaría eso. Ayer era la persona cariñosa del mundo pero sólo quiere sexo. Yo espero que ningún caradura se meta en medio y pueda hacer que me ame. Bueno, me voy con mi chico.

Ramiro se queda ahí muy atormentado. De la manera que Franco lo ha tratado no creería que hicieron el amor si él no lo hubiera visto entrar en el edificio del joven. Además está el hecho que no haya desmentido que estuvieron juntos. Le atormenta ver a Aquiles sentarse al lado de ese chico y tratarlo con mucha confianza. Atormentado va al lavabo para desahogar su dolor.  Le pone un mensaje a Ari. Se lava la cara mientras piensa en el beso que se dieron. Tiene clavada en el alma las palabras que le ha dicho su amigo y también el momento en el que lo vio entrar en casa de él. Ari entra en el lavabo. Ramiro lo agarra con violencia y se encierran en el water. A Ari le encanta ser el juguete de Ramiro.


Por la tarde, mientras iba a casa de su amiga Lidia, Franco ve salir de un garaje a un chico en moto. Se revoluciona todo al ver que es él. Ramiro lo mira con rabia. Se pone nervioso y al bajar de la carretera pierde el control y se cae con moto incluida. Franco se angustia mucho.





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