miércoles, 7 de octubre de 2020

Capítulo 5

 



Ramiro, Ari, Franco y una chica están juntos en la entrada del instituto. Franco no dice nada pero no se mueve. Le gusta demasiado estar junto al guapo chico. Ramiro mira de reojo a Franco. Lo desea, sus hormonas, su piel grita el nombre de Franco pero lo mira con dureza. Franco siente que está molesto con él y no logra comprender el motivo. Lo devora con los ojos y Ramiro aparta los ojos de él aunque el deseo de Franco lo tiene revolucionado. Franco se traga sus lágrimas. No sólo Ramiro se burló supuestamente de él sino que lo deteste y eso lo lastima a Franco. Ramiro tiembla de deseo, quiere abrazar a Franco, besarlo. Aunque por dentro se muere por él, por fuera cualquiera diría que lo desprecia. Pero es muy fuerte el llamado de la carne. Ramiro, al sentirlo cerca, no deja de recordar ese beso que se dieron e imaginar que hacen el amor.

--que ganas de besarlo, de hacerle el amor, de hacerlo mío pero no --piensa atormentado- seguro que sólo es sexo y después ya no me interesa. No le puedo hacer esto a Aquiles, a él le gusta en serio. Por una vez él debe ser el vencedor. Aunque a mi me duela pero lo olvidaré, apenas lo conozco, no puede ser nada importante.

Muy fraternalmente, Ramiro le pone la mano en los hombros a su amigo y le dice:

--entra, que ya llegamos tarde.

Ramiro entra primero y el culo del chico en unos jeans muy ajustados enloquecen a Franco.

--¿y tú? ¿Que onda con ese chico? --Ari a Ramiro.

Aunque se mantiene frío, Ramiro se pone nervioso al pensar que se le note en la cara lo mucho que le gusta Franco.

--¿qué pasa conmigo?

--bueno, contigo nada. Con el novio de tu amigo. No dejaba de mirarte.

--son cosas tuyas.

--yo no sé que rollo haya con tu amigo pero a ese chico le gustas tú.

Por un lado Ramiro se estremece al oír esas palabras pero por otro lado le pone nervioso por Aquiles:

--¡¡ya te he dicho que no¡¡¡no le repitas pues me puedes meter en un lío con un amigo mío, el medio novio de él ¡¡

--bueno perdona.

El enfado de Ramiro le parece sospechoso pero no dice nada




Muy triste por lo que ha pasado con Ramiro, Franco sube a su aula. Aquiles ya lo espera en su sitio.

-- todo se ilumina al verte, creí que ya no venías, preciosura.

él le aparta la silla muy galantemente pero Franco lo trata muy duramente.

--deja de molestar.

--¿qué es lo que te pasa conmigo?

--¡¡es que no me gusta que me tomen esa confianza¡¡ 

Para darle donde más le duele, Aquiles dice:

--haces muy bien en desconfiar de los hombres. Eres muy guapo y te encontrarás muchos que sólo se quiera burlar de ti, usarte como juguete. Es que hay cada uno,  como mi amigo Ramiro ¿sabes quien es?

Muy molesto Franco dice:

--¡¡no quiero hablar de ese¡¡

--¡¡sí claro, es famoso por depredador. Le entra a todo. Hombres, mujeres. A mi me duele que sea así porque es como mi hermano pero no por eso voy a dejar de ver sus defectos. No respeta a nadie. Es un coleccionista de camas. Engaña a todo el mundo para coger y luego los deja tirados. Tú ya se ve que eres decente y listo y no te dejarías engañar por un tipo así.

--¡¡basta ya¡¡ --dice Franco con mucha amargura.

Él sigue fingiendo que no sabe lo que pasa:

--chico, que carácter. tú lo que necesitas es un novio pues yo tengo el perfecto.

--¡¡cállate¡ --dice Franco con desprecio.

--pues soy yo, soy el hombre perfecto. Guapo, simpático, muy, muy buen chico y no soy de esos chicos que viven pendientes sólo del sexo yo me reservo para alguien especial.

--¡¡a mi no me interesa tu vida¡¡ --dice Franco molesto.

Aquiles  le acaricia la mano mientras le dice:

--¿no te gustaría ser tú esa persona especial?

Franco le golpea la mano con rabia:

--¡¡no seas asqueroso ¿cómo te atreves?¡

entra el profesor y lo mira regañón. Franco se traga su rabia. Aquiles lo mira muy seductor mientras piensa:

--vas a ser mío. Con tu cara de santo yo sé que eres tremenda puta  y yo voy a estar ahí esperando y más temprano que tarde vas a estar desnudo en mi cama.

Franco va mirando por si ha quedado algún lugar vacío. Aquiles se le ríe y dice con ironía:

--es un fastidio eso de tener pupitres fijos, no se pueden separar y hay un número determinado,  que aquí queda justo porque si falta alguien siempre hay alguien que viene de oyente y llena ese sitio. Así que lo siento pero nos sentaremos juntos todo el curso y más vale que te lleves bien conmigo así lo pasarás mejor.

--pues estamos bien --dice Franco molesto.

--ya verás que si haces un esfuerzo no te vas a querer separar de mi.

El profesor les llama la atención:

--¡¡esos novios que se callen, después ya tendrán tiempo para sus cosas después de la clase¡

Todos se ríen, Franco se enfada mucho y más por la mirada de orgullo de Aquiles



En un cambio de clases, Aquiles y Ramiro están juntos y el primero aprovecha atormentando a su amigo asegurando que su relación con Franco va viento en pompa.

--casi nos besamos, es que no me deja en paz, por su culpa el profesor nos ha llamado la atención. Es que en clase no hace nada, sólo me mira. Está loco por mi.

--¿seguro?

--¿lo dudas? Si vieras como me mira, como me toca. Me habla en clase de guarrerias. Le gusta ponerme cachondo yo creo que espera a que yo dé el primer paso pero yo prefiero esperar. A mi me gusta pero yo quiero que sea especial. No quiero que me rompa el corazón, que después de coger me abandone. Espero que por esperar no me pase como la otra vez y venga antes un sinvergüenza que me lo roba como la otra vez.

Ramiro calla, la culpa lo devora y Aquiles lo sabe y por eso se aprovecha. Sabe que su amigo nunca haría nada en su contra. Y así logrará su objetivo de ser él y no su amigo quien se acueste con Franco. Ramiro fuerza una sonrisa:

--me alegro mucho por ti --dice muy triste.

--gracias, amigo. Y gracias por no meterte en medio, por no volverlo loco como a ya sabes, gracias por dejar que por una vez sea feliz --dice Aquiles muy hiriente.

Y Ramiro lo aguanta todo forzando una sonrisa.

Aquiles deja a Ramiro solo para ir al lavabo. Entonces Franco lo ve y aprovecha ese momento para ir hacia Ramiro. Va corriendo hacia él. Lo llama pero él lo ignora. Entonces Franco  corre y le agarra de la mano:

--tenemos que hablar -–dice Franco.


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